martes, 17 de marzo de 2009

HUETE. Puerta de Almazán y Torre del Reloj.

Escudo de la "muy noble y leal ciudad de Huete" en la Torre del Reloj.
Plaza de la puerta de Almazán, sobre la linea de la Muralla.




Desde tiempos medievales el concejo dispuso de un reloj para gobernar y organizar la vida de los ciudadanos de Huete. El tiempo, como medida, siempre estaba en posesión y al servicio del concejo siendo éste el que lo controlaba. En un principio se ubicó en lo alto de la cuesta del mercado, sobre un cubo de la recia muralla. En la Edad Moderna se realiza la construcción de la torre en la ubicación actual. Los diseños de la torre, realizados en 1795, se atribuyen a los arquitectos Fernando López y Francisco de Toledo. Este último se encargó de la ejecución de las obras, que, después de sucesivas paralizaciones por falta de recursos, fueron concluidas hacia 1805. Su arquitectura aglutina con gran acierto elementos del barroco tardío con otros del incipiente neoclasicismo. De especial belleza son los dos últimos cuerpos y el original remate en linterna, que sirve para albergar la campana gótica del antiguo reloj, que durante siglos ha regido la vida de los optenses. La puerta de Almazán, llamada así por lindar con la Parroquia de San Nicolás de Almazán, era la más importante del recinto amurallado. Relatos antiguos nos hablan de una portada adornada con las armas de los Reyes Católicos y el escudo de la ciudad, todo ello remodelado al construirse la torre actual.

Se supone la existencia de ocho puertas en la muralla de Huete, Ávila, Lara, Almazán, Castejón, Daroca, Atienza, Medina y El Salvador. Están localizadas las de Almazán, Castejón, Daroca y Medina. A ellas habría que añadir el postigo del Obispo, o de Santa Justa; junto a la ermita de Santa Justa y Rufina, patronas de la Ciudad, en los lienzos septentrionales del muro, y el postigo del Arcipreste o puerta Postigo; al sur. Las más importantes por su tráfico fueron las de Castejón. por la que se accedía al mercado, Almazán, justo ante la plaza que sirvió de sede al concejo, y Medina, de donde partía un eje que encaminado hacia el oeste llevaba a los campos de cultivo del entorno urbano, Pero apenas quedan en la actualidad unos pocos y escondidos rastros del antiguo cinturón amurallado, y de las puertas casi nada permanece, salvo los restos de la de Medina que, con forma acodada, todavía hoy pueden contemplarse. Los postigos de Santa Justa y del Arcipreste se podrían correponder con las puerta de Atienza y del Salvador. La de Lara estaba en la parte más alta del cerro, junto a la parroquia de Nuestra Señora de Lara, y de la de Ávila se desconoce su localización. La puerta de Almazán se conoce desde finales del siglo XV con el nombre del Reloj, pues a su lado estaba la torre en el que éste quedó emplazado.
Numerosas casas se fueron construyendo pegadas a la muralla, tanto a intramuro como a extramuro, quedando la muralla inserta entre los edificios. En 1430 los miembros del concejo consideraron que Huete estaba «malpara de torres y adarues». Para la reparación del recinto amurallado se llegó a obligar a los albañiles locales a trabajar en ella y trayendo con el mismo fin peones de los pueblos de la tierra. Se empezó a levantar también una barrera que resguardase los arrabales. Para acometer esta obra acuerda el Cocejo repartir tres maravedíes a cada casa de los arrabales, los afectados protestaron fuertemente, aseverando que debía pagar todo el común de Huete, incluyendo los que poblaban el recinto cercado. Las reclamaciones debieron ser insistentes porque se suspendió el repartimiento y apenas tres meses más tarde se dio orden de
quitar y vender las puertas que se habían puesto en las nuevas barreras, con la finalidad de obtener dineros para el reparo urgente de las conducciones de traída de aguas . De todos modos, las tapias del arrabal persistían todavía en los años noventa y sus entradas dieron motivo a denominaciones como la llamada puerta de Cuenca», ante el camino que partía con tal dirección, y que se puede documentar hacia 1514, o la que se denominaba del Campo, algo más allá de la terminación de las calles San Benito y Civera.
En la época de los Reyes Católicos el deterioro de la muralla urbana llego a tal punto que en 1491 el mayordomo de la parroquia de San Nicolás de Almazán solicitó al concejo la cesión a su iglesia de la torre inmediata para usarla como campanario, comprometiéndose a repararla por su desastroso estado.
LA PÁGINA DEL AYUNTAMIENTO DE HUETE RECOGE UNA EXCELENTE Y COMPLETA BIBLIOGRAFíA SOBRE LA CIUDAD DE HUETE ELABORADA POR DON MANUEL DE PARADA.
ASÍ MISMO SOBRE LOS ASPECTOS URBANÍSTICOS DE LA CIUDAD,
José María Sánchez Benito. Espacio, tiempo y forma. Serie III, Historia medieval, Nº 7, 1994 , pags. 65-102.

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