martes, 31 de mayo de 2011

Los Osuna. La calle del Duque de Osuna. Su palacio en la calle Barquillo y su palacio en la calle de Leganitos.


Esta calle Real del Barquillo (según dice D. Nicolás Moratín) correspondió en
un principio a la jurisdicción de Vicálvaro, sin duda por estar fundada en tierras de
su término, y se hizo desde luego una importante vía de comunicación entre la
parte central y alta de Madrid.


Doña Remigia Fernández de Velasco, hija del VII duque de Frias, duquesa de Osuna por su matrimonio con Francisco Téllez-Girón y Benavides, VI duque de Osuna.

Hereda, a finales del siglo la casa palacio de los duques de Frías en el barrio de Barquillo conocida como por este matrimonio como la Casa de la duquesa de Osuna, con fachada a la calle de Piamonte y a la de Santa Bárbara la Vieja, ahora Válgame Dios. Tenían los Osuna su casa palacio en la Plaza de Leganitos.

Calle de Gravina. Entre las calles de Hortaleza y Pelayo. Lleva el nombre del heroico marino Federico Carlos Gravina (1756-1806), que murió luchando valerosamente contra el almirante Nelson en la batalla de Trafalgar. En origen, el tramo de esta calle comprendido entre las de Pelayo y Góngora, pues las prolongaciones hasta Barquillo por el este y Hortaleza por el oeste no existían, se llamaba calle de San Francisco. En 1848 se abrió el trozo entre Pelayo y Hortaleza recibiendo el nombre de Gravina. Como la calle de San Francisco hacía escuadra con la de Santa Bárbara la Vieja (actual Válgame Dios), las dos cambiaron su denominación por la de Válgame Dios. Y en 1876, una vez abierta la prolongación hasta Barquillo toda la calle se llamó Gravina, quedando como Válgame Dios la comprendida entre Augusto Figueroa y Gravina, tal como las conocemos hoy.
Casada en Madrid, el 6 de marzo de 1695 con el VI duque de Osuna a quien sucede su hermano, Francisco María de Paula Téllez-Girón. Hija de Iñigo Melchor Fernández de Velasco Tovar, VII duque de Frías, X conde de Haro, y de María Teresa de Benavides Dávila Corella, su segunda mujer, duquesa de Segorbe y Cardona. Descendencia: 1ª María Dominga Lucía, VI condesa de la Puebla de Montalbán, 2ª María Ignacia. Fue VII marquesa de Berlanga y Toral. Murió en Madrid, el 30 de noviembre de 1734.

Es Remigia tía abuela del IX duque de Osuna.

Contaba con una huerta y un jardín a la  italiana. El jardín dominaba la huerta desde lo alto. Había en el jardín quince bustos de emperadores que bien puede ser lo sque podemos ver ahora en e parque de El Capricho de La Alameda de Osuna.

El palacio del duque de Frías es un palacio hoy desaparecido. Estaba entre las calles del Barquillo, Piamonte y Libertad. Primeramente fue una casa-jardín con huerta propiedad de don Juan Serrano Zapata. Ocupaba tres manzanas actuales de viviendas y tenía 187.200 pies cuadrados en total. La finca estaba compuesta por la casa principal, varias construcciones accesorias, jardín y huerta. La finca estaba en 1739 en manos del ya IX duque de Frías, Bernardino Fernández de Velasco.

Hereda Frías un primo hermano de Remigia, VIII duque de Frías, padre de Bernardino, IX duque de Frías. Con los títulos hereda la casa palacio del ducado en Madrid en la calle Barquillo. 

El palacio del duque de Frías es un palacio hoy desaparecido. Estaba entre las calles del Barquillo, Piamonte y Libertad. Primeramente fue una casa-jardín con huerta propiedad de don Juan Serrano Zapata. Ocupa­ba tres manzanas actuales de viviendas y tenía 187.200 pies cuadrados en total. La finca estaba compuesta por la casa principal, varias construcciones accesorias, jardín y huerta. La finca estaba en 1739 en manos del ya IX  duque de Frías, Bernardino Fer­nández de Velasco.
 
Iglesia de San José. Se trata de la iglesia del antiguo convento de San Hermenegildo, fundado en 1586 por fray Nicolás de Jesús y María, bajo licencia del cardenal Gaspar de Quiroga, dueño de las colindantes  Huertas de Buenavista, y más conocido con el nombre del Carmen Descalzo, por estar habitado por religiosos de dicha orden. En 1836, con la desamortización de Mendizábal, los religiosos carmelitas fueron expulsados y tanto el convento como el templo quedaron vacíos y sin uso. El convento, tras albergar durante algunos años la Dirección de la Administración Militar, fue demolido, construyéndose en su lugar el teatro Apolo, y más tarde el edificio del Banco de Vizcaya.

En cuanto a la iglesia, desde este momento se va a convertir en la sede de la parroquia de San José, función que sigue desempeñando en la actualidad. Esta parroquia había sido fundada como anejo parroquial de San Ginés en 1745 por Bernardino Fernández de Velasco, duque de Frías. Antes de situarse en la iglesia del Carmen Descalzo tuvo varios emplazamientos; primero estuvo en el cercano palacio del propio duque, hasta que durante la dominación francesa se trasladó a la iglesia de las monjas de Góngora, y más tarde al Hospital de los Flamencos. 


Últimamente, enfrente de éste se construyó, con puerta a la calle de los Caños
de Alcalá, en los primeros años  del siglo XVII, el convento de padres
carmelitas descalzos de San Hermenegildo, aunque la iglesia actual fue
construida en 1742; hoy sirve de parroquia de San José, y es acaso la más
hermosa y capaz de las iglesias parroquiales de Madrid.
Fue trasladada a ella la
parroquialidad a la extinción de los regulares en 1836, habiendo estado antes en
el hospital de Flamencos, calle de San Marcos, en las monjas de Góngora y en la
capilla que fundó para este objeto, en 1745, en la sala teatro de su propio palacio,
el Duque de Frías D. Bernardino Fernández de Velasco. La iglesia actual de San
José del Carmen, tiene contigua la capilla de Santa Teresa, fundada
primitivamente por el célebre y desdichado ministro D. Rodrigo Calderón,
marqués de Siete Iglesias, y en ella estuvo depositado su cadáver hasta ser
trasladado a las monjas de Portaceli de Valladolid. -El convento, que ocupaba
toda la inmensa manzana número 288, entre las calles de Alcalá, de las Torres,
de las Siete Chimeneas y del Barquillo, en una extensión de 202.668 pies, y la
huerta, que ya había sido mermada en tiempo en que vivía en la casa frontera el
Príncipe de la Paz, para formar la plazuela que tomó del mismo el título de
Almirante, hoy del Rey, han sido vendidos después, y construidas en ella diversas
casas particulares y el teatro de Apolo.
En 1904 el Duque de Sueca y de Alcudia, Adolfo Rúspoli y Godoy, encargó al arquitecto José Urioste y Velada la construcción de su nueva residencia. Seis años después, este arquitecto, que había realizado el Pabellón Español de la Exposición Universal de París (1900), había construido esta casa palacio de planta cuadrada como dos viviendas independientes y distribuidas en torno a un patio central rectangular. Al ser la construcción entre medianerías sólo tenía dos fachadas, una dando a la calle del Barquillo y a la otra a los jardines del Palacio de Buenavista, sede del Cuartel General del Ejército.


Los IX Osuna, sobrinos nietos de Remigia por la Casa de Osuna, están ya ocupados en sus proyectos para el palacio de Leganitos y para El Capricho.

LÓPEZ AGUADO, Antonio
(1764-1831)
Comenzó sus estudios en la Real Academia de
Bellas Artes de San Fernando, de la que llegó a
ser director en 1805. Alumno aventajado de Villanueva,
estuvo pensionado en Francia e Italia
y practicó una arquitectura conforme a las normas
de la Academia, aunque fue evolucionando
hacia composiciones neoclásicas europeas. Entre
sus obras, algunas ligadas a labores propagandísticas
del régimen de Fernando VII, destacan el Palacio de Villahermosa, el Casino de la Reina,
el Salón de Baile del Palacio de la Alameda de
Osuna, la Puerta de Toledo, o el proyecto y comienzo
del Teatro Real. Ostentó el cargo de Arquitecto
Mayor del Ayuntamiento.

Los duques de de Osuna residen en París desde 1799 porque el Duque embajador del rey de España en Viena, embajador extraordinario en Viena. Viven en el palacio de los duques del Infantado construido por el arquitecto Chalgrin en 1767 para los Fitz James.

Martínez de Hervás, José. I marqués de Almenara. Banquero y político español nacido en Granada hacia el 1757, cuya fecha de muerte se desconoce. Comisionado del Banco de San Carlos en París, llegó a la ciudad en abril o mayo de 1796.

El 10 diciembre 1800 compró el palacio de los Infantado, en París, que más tarde será adquirido por Talleyrand. Fundó su propia Banca, instalada en el palacio, de la que se dice que fue la primera banca española fundada en París, desde tiempos inmemoriales. Para ello se asoció con el duque de Osuna, Pedro de Alcántara Téllez Girón y Pacheco.

Los Osuna deciden para su casa de Leganitos en Madrid un hotel al estilo de su residencia en París. El elegido es Mandar.

Barrio del Principe Pió. Comprende la parte de la calle de Leganitos desde la plazuela de su nombre, la de Afligidos, callejón de Leganitos, calle de S. Leonardo, de los Dos Amigos, de Castro, del Duque de Osuna, del Principe Pió y su callejón , plazuela y callejón de S Marcial- estaba en Cuartel de San Gil, hoy Plaza de España-, paseo ó bajada de S. Vicente , y la posesión y montaña de Príncipe Pió- Cuartel de la Montaña y Templo de Debob-.

En 1629, el IV duque de Osuna, Camarero mayor del Rey, gentilhombre de cámara de los reyes Felipe III y Felipe IV, compra casi la totalidad de la manzana 557 en la zona de Leganitos, junto al Palacio Real, donde existe una casa de disposición tradicional. Se incendia en 1723 lo que obliga a su reconstrucción. Los duques la con sus huertas y jardín. Aparece en el plano de Espinosa de 1769 en calle del Duque de Osuna. En el de Tomás López de 1785 es recogida como una de las «Casas de los Grandes».

Capilla del duque de Osuna: tiene la advocación de Ntra. Sra. de la Concepción, y se halla en la calle del  Duque de Osuna, esquina al callejón del Príncipe Pío.
Otras Bibliotecas, la particular del duque de Osuna, que consta de unos 25,000 volúmenes y muchos manuscritos; la del duque del Infantado, etc.

La Montaña del Príncipe Pío formaba parte con la Moncloa de la
gran propiedad de La Florida que el rey Carlos IV adquirió en 1792
y estaba dedicada a varias explotaciones agrícolas e industriales
(alfares y tejares). Hacia mediados del siglo XIX, la parte de la
ciudad que limitaba con esta propiedad real y que comunicaba
el Prado Nuevo con la calle de Leganitos y la plazuela de Afligidos,
era un conglomerado de callejuelas y caserío entre los que
destacaban las casas de Osuna y de Liria, el cuartel de San Gil y
la cerca fiscal. Hay un informe de 1852 donde el Ministerio de
Gracia y Justicia pidió al alcalde corregidor sobre el plan general
de alineación respecto al callejón de la manzana 557, denominado
de Leganitos. La propuesta de alineaciones del Consistorio no fue aceptada
al ser considerada incompatible con la conveniencia del Instituto
religioso de San Vicente de Paúl, establecido en las casas del
Duque de Osuna afectadas por la misma.

María Josefa Pimentel, condesa-duquesa de Benavente, casa con su primo hermano Pedro de Alcántara Téllez-Girón, IX duque de Osuna, en 1771. Viven en esta Casa. En las ausencias del Duque, Maria Josefa reside con su madre en su casa junto a la Puerta de La Vega. Son ambos nietos del VII Osuna que sigue al VI titular y s su mujer Remigia al frente del ducado de Osuna.

Es Josefa hija única de Francisco de Borja Alfonso Pimentel Vigil de Quiñones, XIV. conde y XI duque de Benavente, conde de Mayorga, duque de Gandía, y de Medina de Río Seco, conde de Luna, de Melgar, de Alba de Liste, de Villaflor y de Oliva, Grande de España de primera clase, y de María Faustina Téllez-Girón, hija de José María Joaquín Téllez-Girón, VII duque de Osuna, y de Francisca Bibiana Pérez de Guzmán el Bueno Silva y Mendoza, hija de los XII duques de Medina Sidonia.

Recorriendo con este dato contemporáneo el exterior de Madrid en los primeros
años del siglo XVII, empecemos por la parte alta al Norte, donde hallamos la dicha
huerta de la Florida y la del cardenal de Rojas Sandoval (tío del Duque de Lerma), y
otras, formando un conjunto con lo que hoy las dos Reales posesiones de la Moncloa,
o Real Florida, y la Montaña del Príncipe Pío, que más adelante fueron separadas por
Carlos III con el costoso desmonte y rotura del camino o Cuesta de Areneros. -Donde
después se colocó el portillo de San Joaquín, o de San Bernardino (porque es sabido
que entonces Madrid no tenía cerca alguna), arrancaba el camino de las Cruces, que
guiaba al convento de San Bernardino, fundado por el contador Garnica en 1572; y la
primera casa o edificio de Madrid por aquel lado estaba en lo que después se llamó
plazuela de los Afligidos, y era el convento de clérigos menores, apellidados con aquel
título, y la huerta contigua del Conde de Nieva, hacia donde hoy el palacio de Liria; a
que seguían, en la dirección del actual cuartel de Guardias y portillo del Conde-Duque,
otros edificios y casas particulares. -Al término de la cuesta de Leganitos, y sobre la
dicha Montaña del Príncipe Pío, en que hay varias huertas, está ya señalado el viejo
palacio del Duque de Osuna, que aún subsiste, y todas las dichas calles de Leganitos y
sus paralelas, hasta las de San Bernardo, Fuencarral y Hortaleza, daban salida al
campo y no se prolongaban tanto como después lo hicieron. -Al final de esta última (la
de Hortaleza) se ve ya en la extensa plaza o descampado el convento de Santa Bárbara
a su derecha, y al frente, otro edificio considerable con su huerta. -Detrás del de Santa
Bárbara estaban el palacio y jardines del Príncipe Stillano, convertido después, por él
mismo, en convento de monjas de Santa Teresa; y más adelante seguían otros huertos
y casas aisladas hasta el extenso campo donde después se elevó el monasterio de
las Salesas.



La casa contigua de los Duques de Osuna y Benavente, que se ve después a la
bajada, debió construirse sobre las ruinas de la primitiva muralla, y aun
sospechamos que la otra casa más abajo, conocida también por la chica de Osuna
fuera en gran parte la misma fábrica en que estaba colocado el hospital de San
Lázaro, destinado a la cura de leprosos, y que dio nombre al callejón contiguo, que
aún conserva.

El palacio tiene su origen en las casas que, junto a la Puerta de la Vega, poseía María Leonor Pimentel, condesa de Benavente. Hacia 1661 concluyó una reforma en las mismas con la idea de donar el conjunto para la fundación de un colegio de trinitarios descalzos. Sin embargo, este plan no llegó a realizarse y la casa palacio acabó siendo adquirida por la duquesa de Medinasidonia, Juana Pacheco. A finales del siglo XVIII pasó a ser propiedad del matrimonio que selló la alianza de dos poderosas casas de la nobleza, Pedro Alcántara Téllez Girón, duque de Osuna y María Josefa Alonso Pimentel, duquesa de Benavente. Fue el derribo de este palacio, en 1970, el que puso al descubierto el tramo más importante de la muralla islámica de Madrid.

Al  a d v e n i m i e n to de  C a r l os IV, en 1789, y  p a ra  c e l e b r ar su  c o r o n a c i ó n, se  h i c i e r on  en el  p a l a c io  de  L e g a n i t os  alg u n as  o b r as de  i m p o r t a n c i a,  a  
ju z g ar  p or  los  g a s t os efect u a d os en  d e r r i b os y  r e f o r m as cuyo  c o s to  excedía el mi l l ón y  m e d io de  r e a l es

La  n u e va  e t i q u e ta de  la  s e g u n da  m i t ad del siglo XVI I I mecesita muevos espacios.  P or ello, la  d u q u e sa de Osuna,  d e s p u és de  c o n o c er las casas de la nobleza en  P a r í s  q u i so tener una residencia semejante en Madrid q ue  e c l i p s a r á  a la residencia de los duqes de Alba en Liria y hasta al propio P a l a c io Real.  El e n c a r go  en 1799  se hace a al  a r q u i t e c to e i n g e n i e ro  f r a n c és C. F.  M a n d a r.


La residencia de Mandar era un gran diseño de hotel con patio de honor, patio interior, fachada al jardín y una disposición interior a modo de palacete: piezas de aparato, gran escalera, salón de baile, comedor, teatro, capilla, salones de recibo, biblioteca para unos cien mil volúmenes,  habitaciones íntimas como cámaras, gabinetes, dormitorios, baños y oratorios, todo ello por duplicado para el duque y la duquesa, y nuevamente desdoblado para invierno y verano, zona administrativa con sus correspondientes despachos, oficinas y archivo, así como una serie larga de habitaciones para la numerosa servidumbre de distinta cualificación que necesitabaesta auténtica corte de los Osuna. No podían faltar las caballerizas, en un edificio accesorio, cuyo volumen y cuadras para casi un centenar de caballerías, pueden dar una idea aproximada del ritmo y lujo en que se desenvolvía la vida de los duques.

La decoración interior era en el estilo «Directorio» a caballo entre el último Luis XVI y el próximo estiloImperio.

La idea inicial era de un jardín inglés sacando el máximo partido de los irregulares límites del terreno disponible. Ningún recuerdo queda de la tradicional jardinería francesa aun presente en el palacio de Liria.

Los cuantiosos gastos que produjo la estancia en Parísde los Osuna, la muerte del IX duque en 1807 y la invasión
napoleónica de 1808, impidieron a la duquesa viuda
llevar adelante este proyecto. Finalizada la Guerra de la Independencia,
no era mejor la situación general, en concreto
la económica, y la duquesa de Osuna hubo de contentarse
con enriquecer su Alameda. A su muerte los nietos don
Pedro y don Mariano Téllez-Girón, intentarían organizar su
vida en el antiguo palacio del Infantado en las Vistillas,
que ahora vendría a manos de los Osuna. Así, el viejo caserón
de Leganitos acabaría sirviendo de alojamiento a la
comunidad religiosa de San Vicente de Paul, hasta que se
procedió a su derribo, en la segunda mitad del siglo xix,
para ordenar urbanísticamente esta zona, según el proyecto
del ingeniero Carlos María de Castro .

Mariano Téllez Girón, futuro XII duque de Osuna fue el primer presidente del Casino de Madrid.


Calle Barquillo. Entre las calles de Alcalá y Fernando VI. Se dice que la marquesa de Nieves tenía en su finca un barquillo enclavado donde posteriormente se levantó el convento de las Salesas Reales. Al comienzo de la calle, en la acera de los impares se halla la plaza del Rey con la casa de las Siete Chimeneas ocupada por la Secretaría de Estado de Cultura. En el número 7 vivió el escritor Eduardo Marquina, autor de Las hijas del Cid, entre otras obras. Y al final de la calle, esquina con la de Belén se alzaba la famosa casa de Tócame Roque.
Aunque no precisamente en la calle de Alcalá, sino mirando a ésta desde larga
distancia, se levanta el ostentoso palacio de Buenavista, que hoy ocupa el
Ministerio de la Guerra, obra verdaderamente regia, mandada construir en los
últimos años del siglo pasado por la célebre duquesa de Alba D.ª María del Pilar
Teresa de Silva y su esposo el Marqués de Villafranca, que no llegaron, sin
embargo a verle concluido ni a habitarle. En 1805 fue comprado este palacio a
los herederos de la Duquesa por la villa de Madrid, y regalado al almirante
Príncipe de la Paz, que tampoco lo llegó a ocupar; y secuestrados en 1808 
los bienes de éste, ha venido recibiendo distintas aplicaciones, tales como Parque
de Artillería, Museo militar, habitación del regente del reino Duque de la
Victoria, del embajador turco Fuad-Efendí, y por último Ministerio de la
Guerra. En él también fueron recientemente alojados el príncipe Muley-ElAbbas
y los embajadores de Marruecos que vinieron a Madrid después de la paz
en 1860.

En el sitio que ahora ocupa este suntuoso palacio y sus cercanías estaban las
casas del Marqués de la Ensenada, de D. Francisco de Rojas, Diego de Vargas,
D. Rodrigo de Silva y otros, formando las calles de la Emperatriz, de Buenavista
(hoy cerradas), y que salían a la del Barquillo, y la plazuela de Chamberí, dentro
del inmenso termino comprendido ahora bajo el número de la manzana 277, y
que ha absorbido también las 286 y 287. A su límite por la calle de Alcalá a la
del Barquillo se alza hoy la moderna casa del Marqués de Casa-Irujo, y a la
esquina del paseo de Recoletos la casa que fue Dirección de Infantería, y
después habitación del Presidente del Consejo de Ministros. Este edificio
(considerado también como del Estado, aunque procedente igualmente  del
secuestro de Godoy, y en que vivió su hermano don Diego en 1808) no merecía
ciertamente detenernos en él y únicamente como recuerdo histórico repetiremos
que su hermoso jardín era la misma famosa huerta del regidor Juan Fernández,
célebre por su amenidad, y relacionada con las memorias poéticas del siglo
XVII, como sitio que era entonces de pública recreación, y a que aludieron y en
el que colocaron algunas ingeniosas escenas de sus dramas los célebres escritores
de aquella época, entre ellos Tirso de Molina, que la dedicó y consignó su
nombre en una comedia entera: La Huerta de Juan Fernández.
 
Sor Patrocinio de las Llagas regresa a Madrid, tiene treinta y tres años pero su hermosura sigue cautivando profundamente. Se han cerrado conventos, el de Caballero de Gracia ya no existe, se traslada al de la Latina,

Un día visitan el convento la reina doña María Cristina y sus dos hijas,
Isabel y María Luisa Fernanda...Pero el convento está en pésimas condiciones y don Francisco de Asís, cumpliendo un voto hecho a la Virgen, compra y acondiciona el palacio del duque de Osuna de la calle de Leganitos, para la comunidad.
 

La Plaza de Leganitos y la Plaza de España. Madrid.


Plaza de España. Las caballerizas reales donde hoy están los jardines de Sabatini del palacio de los borbones. y al fondo el cuartel de la montaña, donde está ahora el Templo de Deboh.

Los austrias tenian sus caballerizas en los terrenos que hoy están ocupados en parte por la catedral de la Almudena y la plaza que separa la Catedral del Palacio Real.




Fuente de Leganitos.


Plaza de Leganitos. Plano de Texeira. Mediados siglo XVII.


















Plaza de Leganitos, "algannet" las huertas. Estaba aproximadamente en la confluencia de la calle de los Reyes y la Gran Vía. Fue conocida primero como plaza de la Alcantarilla de Leganitos por el puente que aquí existía para cruzar el arroyo de Leganitos y por simplificación quedó en plaza de Leganitos a partir de 1835. Desapareció con la construcción de la plaza de España.

Plaza de España. Es la plaza donde termina la Gran Vía . Su prolongación es la calle Princesa, junto a la calle del duque de Osuna. El trozo de la calle de Leganitos comprendido entre la plaza de Cristino Martos y la Plaza de España quedó cortado y a distinto nivel pasando a denominarse calle del Duque de Osuna y la primitiva calle de este nombre se incorporó a la calle de la Princesa.

Las obras de de la Plaza de España comenzaron el 23 de Agosto de 1943, proyectada desde el 1941. Concluyen el 10 de septiembre de 1948.

Tenían los duques de Osuna un palacio en la calle de Leganitos. Eran los Osuna dueños de la práctica totalidad de los terrenos situados alrededor de las huertas de Leganitos.

Don Francisco de Asís, cumpliendo un voto hecho a la Virgen, compra y acondiciona el palacio del duquede Osuna de la calle de Leganitos, para la comunidad de monas de Sor Patrocinio de las Llagas. María Josefa Dolores Anastasia de Quiroga y Cacopardo, de familia de hidalgos, en religión, sor María Rafaela de los Dolores y Patrocinio. A los diecisiete años entra en la rígida Orden de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora, en el convento de Jesús, María y José del Caballero de Gracia en Madrid, que con frecuencia recibe las visitas de reyes. El devnir azaroso la lleva al convento de La Latina. Pero el convento está enpésimas condiciones y don Francisco de Asís traslada a la Comunidad al nuevo en la calle de Leganitos.

Ahora tienen las monjas toda su atención en mejorar de vivienda, y para arreglarles el palacio viejo de Osuna en la calle de Leganitos se está gastando la Casa Real obra de dos millones de reales... Pero como no es esta bastante protección, la Reina dota con veinte mil reales a toda novicia que allí tome el hábito, con lo que tenemos un jubileo de señoritas que pasan del mundo al convento para descanso de sus padres. Ocho van ya del verano
acá, que le han costado al Real Patrimonio... pues ocho mil duretes.


Los duendes de la camarilla. Episodios Nacionales.
Benito Pérez Galdós


El Cuartel de San Gil. En terrenos comprados por Carlos III a varias familias nobles, entre ellos el duque de Osuna, se inició en 1789 la construcción del edificio destinado a servir de convento a los frailes de San Gil, según el proyecto de Manuel Martín Rodríguez, sobrino de Ventura Rodríguez.

Los frailes no llegaron a ocuparlo. En 1809, José Bonaparte lo destinó a cuartel de Guardias de Corps. Con Fernando VII una parte del edificio se utilizó como cuartel de caballería y en la otra se instalaron dependencias de las Caballerizas Reales. En 1905 se inició el derribo del cuartel cuyo solar ocupaba toda la parte norte de la actual plaza de España. En 1911 tras el derribo del cuartel de San Gil, el arquitecto municipal don Jesús Carrasco presentó un proyecto para la reforma de la plaza que no se realizó.

En la plaza de San Marcial estaba el Cuartel de San Gil. Detrás la calle de Leganitos con el colegio del Sagrado Corazón.

La Iglesia de la Santa Faz estaba situada en el número 4 de la calle del duque de Osuna, 12 de la actual calle de la Princesa. Derribada en 1966.

Calle de la Princesa. Cuando en 1770 se construyó el palacio de la Casa de Alba, al comienzo de esta calle, tomó el nombre de Duque de Liria hasta que, en 1852, recibió el de la Princesa, en recuerdo de María Isabel Francisca (1851-1931), dos veces princesa de Asturias y conocida popularmente por “la Chata”. En la revolución de 1868 se denominó Olózaga, en los años treinta Blasco Ibáñez y recuperó su tradicional nombre de Princesa en 1941. La actual calle del Duque de Liria se abre en terrenos de la desaparecida plaza de los Afligidos.

María Isabel Francisca de Asís Cristina Francisca de Paula Dominga de Borbón y Borbón. Hija primogénita de Isabel II y Francisco de Asís de Borbón. Desde su nacimiento fue princesa de Asturias hasta el nacimiento de su hermano, el príncipe Alfonso el 28 de noviembre de 1857.
Exiliada al proclmarse la II República con el resto de la familia Real. Murió en un convento de Auteuil, cerca de París. Fue enterrada en Francia. El 23 de mayo de 1991, por orden del rey Juan Carlos I, fueron trasladados sus restos a España y depositados en la Colegiata de la Santísima Trinidad del Palacio Real de La Granja junto a los del rey Felipe V y su esposa Isabel de Farnesio. Descansa en la Colegiata de este Real Sitio de España. No tuvo hijos de su matrimonio.

Con el Plan del Ensanche de Madrid, comenzado en 1846, en 1860 se aprueba el "Plan Castro" para el ensanche de Madrid, de Carlos María de Castro. En 1862, se urbaniza la plaza del Callao, que se terminaría en 1866 y el arquitecto Carlos Velasco presenta su Proyecto de la Gran Vía desde la calle de Alcalá a la Plaza de San Marcial. Uno de los primeros barrios creados por el Ensanche fue el Barrio de Argüelles y se ve la necesidad de comunicar dos barrios como el de Salamanca y Argüelles mediante la Gran Vía.

El desarrollo del Ensanche por el plan Castro se orienta hacia el Norte de la ciudad, el área queda limitada en su perímetro por una red viaria conocida como las "Rondas" y que en la actualidad se componen de el paseo de Reina Victoria y las calles Raimundo Fernández Villaverde, Joaquín Costa, Francisco Silvela y Doctor Esquerdo.

La construcción del Ensanche se prolonga hasta 1930.

Carlos María de Castro, 1810-1893. A principios del siglo XIX, Madrid contaba con unos 220.000 habitantes, cifra que llegaría a 300.000 a finales de la década de 1850. Sin embargo, su crecimiento se encontraba constreñido por la cerca de Felipe IV, construida en 1625, que impedía el crecimiento de la ciudad. En 1857, el gobierno publicó un Real Decreto por el que se autorizaba al ministro de Fomento, Claudio Moyano, a formular un proyecto de ensanche de la ciudad. El ministro le encargó a Castro el proyecto, que finalizó en mayo de 1859. La reina Isabel II dio su aprobación, el 19 de julio de 1860 al "ante-proyecto de ensanche de Madrid formado por el Ingeniero D. Carlos María de Castro". Castro sería nombrado director del Ensanche.
El Plan Castro, inspirado en el de Cerdá para Barcelona, suponía el paso de la ciudad de 800 a 2.300 hectáreas, basándose en un cálculo sobre el aumento de población de la ciudad. Mediante una retícula ortogonal, el plan suponía añadir una corona de terreno a la ciudad por norte, este y sur, ordenando los usos del suelo, residencial, industrial, militar, esparcimiento, agropecuario. La unidad básica de edificación debía ser la manzana regular, con vértices achaflanados y patios interiores. Las calles serían de tres tipos, principales con 30 metros de ancho, secundarias de 20 y las más estrechas de 15. Una cuarta parte del Ensanche estaría destinada a plazas, arboledas y jardines públicos.
Con la caída de Isabel II, Castro perdió su cargo de Director del Ensanche, pasando a trabajar, a comienzos de la década de 1870 en la línea de ferrocarril que construía, entre Madrid y Lisboa, la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid-Cáceres-Portugal.

 Imprenta y Estereotipia Rivadeneyra. Calle del Duque de Osuna, número 3.
Durante el siglo XIX, el sector editorial va a protagonizar un notable avance en la producción, comercialización, contenido y difusión. Gran parte de este avance, se debe a toda una serie de grandes impresores que modernizaron y mejoraron la oferta editorial. Uno de estos impresores fue Manuel Rivadeneyra, fundador en 1837 de una gran empresa editorial, sobre unos terrenos cedidos por la Casa Real en el Paseo de San Vicente. Rivadeneyra editó obras tan destacadas como la Biblioteca de Autores Españoles. Tras la muerte de su propietario, su viuda vendió el establecimiento a Don Abelardo de Carlos, pasándose a denominar Sucesores de Rivadeneyra. En la actualidad en esta imprenta se editan el diario deportivo AS, y la revista Semana. La Ilustración Española y Americana se instaló allí en 1872, primero en concepto de alquiler y después compró el edificio con los talleres. En 1882 construyeron en la Cuesta de San Vicente núm. 20 un nuevo edificio “que conservó su fama antigua y su glorioso nombre” y desde entonces se imprimió allí la famosa revista, abandonándose el de la Calle del Duque de Osuna. En Junio de 1883 se estableció en él la Asociación de autodemontes (conductores) que montó unos talleres de construcción de coches “con arreglo a los últimos adelantos de la industria” . También se estableció allí el Circulo Obrero Católico.

En el número 5 de la calle y con vuelta a la calle de vizcondesa de Jorbalán, hasta 1895 callejón del Príncipe Pío, estaba el que fue convento de los Paules establecido en el que fue palacio del Duque de Osuna hasta 1868. A partir de 1872 se instaló allí el convento de las Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento, institución que fundó la vizcondesa de Jorbalán, fundadora también de la Iglesia de la Santa Faz, conocida como la Cara de Dios. La calle de la vizcondesa de Jorbalán comenzaba en la calle del Duque de Osuna y terminaba en la de Ventura Rodríguez. En la actualidad parte del convento y de la calle de la vizcondesa de Jorbalán, ha sido ocupada por la Plaza de los Cubos y la salida hacia la calle de Ventura Rodríguez ha pasado a llamarse calle de Santa María Micaela.

Doña María Micaela Desmaisteres, vizcondesa de Jorbalán, nació en Madrid en 1809 y dedicó su vida a obras de caridad fundando varios centros de acogimiento en diversas ciudades españolas, eligió hábitos propios y fundó el Instituto de Adoratrices y Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad. En 1868 se declaró una epidemia de cólera en Valencia y allí marchó a atender a sus religiosas que habían sido atacadas por la enfermedad, muriendo víctima de la epidemia tres días después. Fue beatificada en Julio de 1925.

En la Plaza de Cristino Martos y con fachada a Duque de Osuna se encontraba la Casa de Socorro del Distrito de Palacio, que tenía una “sucursal” en el comienzo del Paseo de Extremadura en el Puente de Segovia. Este edificio fue demolido durante las obras de Prolongación de la Gran Vía y en su emplazamiento se sitúa actualmente la escalera de subida desde la calle de la Princesa a la plaza de Cristino Martos.





Primavera



Parroquia de Santa María. Chamartín.

Parroquia alemana.
AVENIDA BURGOS, 12. 

El Contador y su segunda mujer, Catalina Núñez, aparecen en los documentos relacionados con la repoblación de las tierras madrileñas de Chamartín y Fuencarral después de su destrucción en la primavera del año 1445 con ocasión de la batalla de Olmedo. En el año 1452 compra en Fuencarral veintiuna heredades.

Aparece citado de manera prolija en documentos del siglo XV: en los alistamientos realizados en su nombre en 1444 por su apoderado el judío Efraim Abén Xuxén para acudir a la defensa de Fuencarral[1]; en la relación de las veintiuna heredades que compró en 1452 a Bartolomé Sánchez; vecino de Fuencarral[2], así como en `los que dan noticias de la repoblación del propio Fuencarral[3] y del cercano Chamartín[4] a mediados del siglo XV[5].


[1] “Sábado, junio 1444. Alistamiento de un hombre de armas para don Alonso Álvarez de Toledo, que hizo en nombre de éste el judío Efraim Abén Xixén”. Folio.1116r. Boletín de la Real Academia de la Historia. Tomo XXXV. pp. 442 y 443. Año 1899.
[2] Ídem, lunes, 30 de octubre 1452. Heredades que compró don Alonso Álvarez de Toledo á Bartolomé Sánchez, vecino de Fuencarral. Folio 637r 638v. p. 447-449.
[3] Ídem,...”porque velaban por él y su repoblación los ánimos nobles y generosos de D. Alonso Álvarez de Toledo y de su esposa Catalina Núñez, á quienes debe Madrid y toda su tierra eterno agradecimiento”... pp. 434-436 y ss. hasta la 458.
[4] Ídem, p. 449-453.
[5] Sobre la implicación del Contador y su segunda esposa en la recuperación de Fuencarral a mediados del siglo XV existe documentación inédita hasta finales del siglo XIX -conformada por cuatro tomos que abarcaban asientos judiciales y administrativos fechados desde el 11 de octubre de 1441 hasta el 19 de mayo de 1525- Documentación rescatada del almacén del Archivo Municipal de Madrid por el archivero don Higinio Ciria Nasarre de lo que Fidel Fita Colomé da noticia en el ya citado tomo XXXV del Boletín de la Real Academia de la Historia sacando a la luz dicha documentación.

Torres de la Castellana.




La de Alba y la de Osuna.

María Josefa de la Soledad Alfonso Pimental Téllez de Girón, condesa-duquesa de Benavente y duquesa de Osuna. Nace en 1750 y muere en 1834.

Hija única de Francisco de Borja Alfonso Pimentel Vigil de Quiñones, XIV conde y XI duque de Benavente, entre otros, y de María Faustina Téllez-Girón, hija de José María Joaquin Téllez-Girón, VII duque de Osuna, y de Francisca Bibiana Pérez de Guzmán el Bueno Silva y Mendoza, hija de los XII duques de Medina Sidonia. Madre de nueve hijos de su matrimonio con el IX duque de Osuna. Nace el Osuna en 1755 y muere en 1807.
Dama de la Orden de María Luisa desde 1792.

En la  aristocracia madrileña de fines del XVIII e inicios del XIX conocemos dos mujeres de imágen tópica que representan la imagen frivola de la Corte y la Nobleza, son la reina María Luisa, esposa de Carlos IV y la Duquesa de Alba. María del Pilar Cayetana de Silva Portugal y Bazán Alvarez de Toledo, XIII duquesa de Alba.

 La de Alba casa con un primo segundo del IX Osuna, ambos bisnietos del XII duque de Medina Sidonia.

La XIII duquesa de Alba nace en 1762 y muere en 1802. Casa con el XV duque de Medina Sidonia, 1756-1798. Matrimonio sin hijos. La casa de Alba y la de los marqueses de Villafranca del Bierzo están emparentadas desde mediados del siglo XVI.

Los titulos de Villafranca del Bierzo y Benavente tiene un origen común con apellido Pimentel. Son así la duquesa de Benavente y el marido de la duquesa de Alba, primo segundo del IX duque de Osuna,  miembros de la misma genealogia nobiliaria.

 Luis Pimentel, I marqués de VILLAFRANCA DEL BIERZO, es hermano de Alonso Pimentel, V conde y II duque de Benavente.

Su hermana María Pimentel casa con Diego Hurtado de Mendoza, III duque del Infantado. Y
  Beatriz Pimentel casa con García de Toledo, hijo primogénito de Fadrique Álvarez de Toledo, II .duque de Alba de Tormes, y de Isabel de Zúñiga, de los duques de Béjar, con sucesión en el III duque de Alba.

A la duquesa de Osuna la podemos calificar de intelectual, culta e inquieta. No tan agraciada como la de Alba. Fue presidenta de la Sección Femenina de la Sociedad Económica de Amigos del País de Madrid. Fue su marido su presidente hasta su muerte. Hizo su discurso de recepción la Duquesa el 22 de juliuo de 1786.

La duquesa de Osuna fue una gran admiradora de la cultura francesa de su tiempo. Recibe de París "té de China y perfumes de iris, lo mismo que las semillas para su jardín o telas Jouy y libros.

 Chritophe-Philippe Oberkampf un empresario francés que instaló una fábrica de telas en una localidad cercana a Versalles llamada Jouy-en Josas en 1760.  Son telas estampadas con imágenes pastoriles, florales, de aves, acontecimientos ocurridos en el siglo XVIII o de orden mitológico.

En su origen se trataba de una tela de algodón decorada con planchas de cobre grabadas. Hoy, el nombre hace referencia a la clase de estampado, que se aplica a soportes diversos: tejidos varios, papeles pintados, muebles…Antiguamente, el estampado se hacía en un solo color –azul, rojo o sepia– sobre fondo blanco y con motivos que reproducían escenas pastoriles, temas mitológicos, aves y flores, acontecimientos de la época… Ahora, se conserva la monocromía, pero ha aumentado la gama de tonos y, en muchos casos, los dibujos se actualizan en sus trazos y temas. Son telas que dan toques de romanticismo a los ambientes, pero combinada siempre con tapizados lisos para evitar una profusión de estampados que pudiera resultar sofocante.Actualmente la mayor parte de firmas textiles cuentan con toiles de Jouy en sus colecciones con diferentes motivos, colores… y también existen papeles pintados con estos motivos.


La rivalidad entre ellas se manifiesta en sus salones, palacios y jardines. La mayor inteligencia y refinamiento de la duquesa de Osuna hizo de su casa el lugar de reunión preferido por la minoría ilustrada.

Era una gran escritora de cartas que se conservan  en el Archivo Histórico Nacional y en la Biblioteca Nacional. Compradora de libros en París donde adquiere una biblioteca de 6.500 títulos, de autores franceses e ingleses que le cuestan algo más de diecisiete mil francos.

Muestra de su interés cultural es la Alameda que ella bautizó con el nombre de "El Capricho” con el sentido de algo personal y original, no como obra extravagante.

La Alamedade Osuna o "El Capricho era el centro de una explotación agrícola que llegó a tener tras sucesivas ampliaciones 150 hectáreas. Era una propiedad de perímetro irregular a la que se llega por un paseo con grandes árboles que en parte se mantienen. Se conocía con el nombre de "El Ramal''.

El Capricho se debe a dos grandes jardineros que contrata la Duquesa en París. Son Jean Baptiste Mulot (1787) y Pierre Provost (1795) que han estado trabajando en Versalles y  en el Trianón.

La duquesa de Alba y la Reina Maria Luisa están también ocupadas. María Luisa en los Jardines de Aranjuez con Villanueva, destacando el jardín chinesco, que es uno de los primeros jardines al modo inglés en España.

Durante el XIX la Alameda se conservó, pero la quiebra de la fortuna de los Osuna obliga a vender los enseres de la Alameda que pasará a manos de la familia Bauer poco antes de la Guerra Civil. Después de la guerra la Alameda ha tenido varios dueños. Se produce un expolio constante. Cada nuevo propietario ha disfrutado durante un tiempo más o menos largo de la posesión y luego se ha llevado cuanto ha podido. Primero fue de una inmobiliaria (Nuevo Madrid, S.A.), después pasó a una entidad bancaria, luego una hipoteca, un título nobiliario se hace con aquello durante algún tiempo, después un poderoso industrial de electrodomésticos hasta que últimamente un mejicano adinerado lo compró y de allí paso al Ayuntamiento.

Es ahora un parque de 14 hectáreas.

La Alameda, antes de pasar a manos de los duques de Osuna en 1778, eran huertas y modestos edificios propiedad del conde de Priego. Inicialmente se hizo una escritura de arrendamiento en 1778, por un valor de 1.100 reales de vellón anual, hasta su venta definitiva, que tuvo lugar en 1783. Archivo Histórico Nacional (AHN), Osuna Cartas, legajo 514: "Escritura de arrendamiento de la casa, casilla de hortelano, cocheras, caballerizas, y una huerta que se halla en la Villa de la Alameda, como también un pedazo de tierra, propia del Exmo. Conde de Priego ... 18 de febrero de 1778.

A la muerte de la XVI. condesa de Priego en 1771, tuvieron lugar grandes pleitos sobre la sucesión al título y estados.  Don Francesco Coppola, VI duca de Canzano se adjudicó la sucesión a este último como tercer nieto de Isabel Garcés de Marcilla, hermana del XII Conde. Durante el proceso desde 1771 a 1782  los estados permanecieron en secuestro, antes de la adjudicación por sentencia definitiva del Consejo de Castilla.

A partir de 1778 fue ensanchando sus límites hasta alcanzar, por sucesivas anexiones, una superficie de ciento cincuenta hectáreas.

En la Casa de Oficios era donde se concentraban, alrededor de un gran patio, las cocinas, cocheras, cuadras y demás servicios propios de las necesidades del Palacio.

En algunas ocasiones pide a compatriotas suyos, que residen en otras ciudades de Francia la descripción de casas y jardines de la burguesía francesa.

El duque de Osuna tenía negocios que le llevaron con frecuencia a París desde que en 1799 fuera nombrado embajador del
rey de España en Viena.
En París encarga a los arquitectos Mandar y Belanger un proyecto para la construcción y decoración de un nuevo palacio en Madrid, que sustituyera al viejo caserón de la calle de Leganitos. Este palacio estaba anticuado a pesar de la reforma que con motivo de la coronación de Carlos IV había dirigido el arquitecto Mateo Guill, el primer arquitecto que intervino en la Alameda.

Pedro Carrillo de Mendoza IX conde de PRIEGO, señor de Escavas y Cañaveras, casa con  María Zapata, hija de Francisco de Zapata y Cisneros, I conde de Barajas, señor de la Alameda. Con sucesión los condes de Priego.

Gerónimo Garcés Carrillo de Mendoza, XII conde de PRIEGO en 1621, casa con su prima  Margarita Zapata de Mendoza y Riederer de Paar, primeramente menina y dama de la reina Isabel de Francia, primera mujer de Felipe IV, luego después de viuda dueña y señora de honor de la reina María de Austria, aya de la infanta María Teresa y Camarera mayor de esta princesa en su primero viaje como reina de Francia, hija mayor de Diego Zapata de Mendoza, II conde de Barajas, señor de la Alameda.





domingo, 29 de mayo de 2011

Los Infantado y La Compañía de Jesús.

El colegio de los jesuitas de El Recuerdo fue fundado en 1880 en el palacio del mismo nombre de los duques del Infantado de Charmartín. En el reinado de Alfonso XII se readmite a la compañía de Jesús en España, que había sido ya expulsad por primera vez por Carlos III.


Los jesuitas deciden crear un gran colegio en Madrid que pudiera continuar la tradición del Colegio Imperial, fundado en el siglo XVI y también regentado por la Compañía. Es ahora la Colegiata e Instituto San Isidro de Madrid.


Residió Napoleón en el palacio de los Infantado en 1808 y se firmó aquí la capitulación de Madrid. Pudo ser en este palacio o en otro próximo que fue la primera sede del colegio del Sagrado Corazón, cuyos terrenos también fueron donación de los duques de Pastrana, a cuya finca de Chamartín de la Rosa pertenecían. Placa en los que queda de la tapia original de ladrillo que rodeaba la finca de El Recuerdo donfde estaban los dos palacios de la Casa del Infantado.



El edificio original del colegio, de estilo neogótico, fue proyectado por el Marqués de Cubas a finales del siglo XIX. En 1920, se construyó un nuevo edificio de estilo neogótico-mudéjar a cargo del arquitecto Modesto López Otero, inspirado en la casa de Ignacio de Loyola, en Azpeitia.


Hacia 1852 Magdalena Sofía recibió en París una carta de Madrid firmada por veinte señoras que le pedían un Colegio. Ese es el comienzo de la historia del Colegio del Sagrado Corazón Chamartín que también se funda en un palacio de los Infantado en la misma finca de El Recuerdo. El 11 de mayo de 1931 se quema el Colegio.


Santa Magdalena Sofía Barat. Nació en Joigny, Francia, el 12 de diciembre de 1779. El 21 de noviembre de 1800, a punto de cumplir 21 años, fundó la sociedad Sagrado Corazón de Jesús. Magdalena Sofía fue elegida superiora de la orden y del primer colegio. Recorrió toda Francia y Europa fundando colegios. El turno de América llegó en 1818 cuando envió a Norteamérica a la futura santa, madre Filipina Duchessne. Más tarde vinieron las fundaciones de colegios en América del Sur y en los otros continentes.



Se llama Santa Magdalena Sofia la calle donde está el colegio del Sagrado Corazón, situado tras la Parroquia de San Miguel de Chamartín.


El 11 de Mayo de 1959 en el año centenario de Chamartín, se puso la primera piedra del nuevo colegio de Pío XII que funcionó de 1962 a 1980. La creación de la M-30 provocó la desaparición de aquel edificio y la creación del actual nuevo con entrada por marqués de Torroja.


También hubo un colegio del Sagrado Corazón en otro palacio de los Infantado, el que tenían en Leganitos.


La avenida de la Gran Vía en su tramo tercero, Vía de Eduardo Dato, y en lo que sería la Plaza de España desembocaba en la Plaza de Leganitos y taponando su progresión estaba el edificio que ocupaba la manzana 531, la casa palacio de los duques de Pastrana en la que estaba instalado el colegio del Sagrado Corazón.


Los duques de Pastrana tenían un palacio en el número 12 de la calle de Isabel la Católica, anteriormente calle de la Inquisición y después de María Cristina. Lo donaron en 1884 a las religiosas del Sagrado Corazón, cuando ya estaba funcionando allí un colegio de niñas con el nombre de San Dionisio. Al morir el duque en 1886 dejó a los jesuitas otro palacio en la colindante Plaza de Leganitos, en 1887 los jesuitas hicieron un trueque con las monjas y éstas establecieron el Colegio del Sagrado Corazón en la mencionada plaza y los Jesuitas pasan al palacio de Isabel la Católica.


Debido a las obras de la Gran Vía a principios de los años 30, el Colegio entraba en el plan de edificios a expropiar por lo que las monjas desalojaron el colegio y compraron una parcela en la calle de Ferraz limitada por las calles de Romero Robledo, Paseo de Rosales y Benito Gutiérrez donde el Colegio permanece hasta nuestros días.

En la construcción del tercer tramo de la Gran Vía que nos lleva hasta la Plaza de España lo más importante fue la demolición del antiguo palacio de los duques de Pastrana cedido a los Jesuitas para la construcción de su Residencia y Casa Profesa, que intercambiaron por el colegio de San Dionisio en la calle Isabel la Católica ocupado desde 1884 por las religiosas del Sagrado Corazón y donde finalmente construirían sus edificios. Las religiosas construyeron en este lugar delimitado por las calles Dos Amigos, Leganitos y plaza de Leganitos su colegio al final de lo que sería el nuevo trazado de la Gran Vía.

Los jesuitas tienen un convento, que llaman de la Flor, en el tercer tramo de la Gran Vía. Me aseguran que los jesuitas del convento de la Flor dicen la última misa a las ocho de la mañana. A las nueve, el edificio quedó, en gran parte, abandonado.

El colegio fue durante la guerra civil habilitado como hospital de sangre. En esos años de la guerra fue muy dañado por los bombardeos y finalmente fue derribado en 1943 para consumar el enlace de la Gran Vía con la calle Princesa. Las monjas que ya conocían el destino de su convento, comenzaron a construir antes de la guerra uno nuevo en la cercana calle Ferraz que también quedó muy dañado, iniciándose en 1940 su reconstrucción que no culminó hasta 1943 cuando abandonan la sede temporal del colegio que estuvo en un palacete situado en Martínez Campos con vuelta a Zurbano y toman posesión de su restaurada sede en calle Ferraz 63.

En 1929, se adquirió una manzana en la calle Feraz donde debía construirse el nuevo edificio que comprendía un colegio gratuito, otro de pago y una residencia para las religiosas. Las obras empezaron en 1930, pero en 1931 quedaron interrumpidas hasta después de la Guerra Civil. Fue terminado en 1943 por los arquitectos Manuel de Cárdenas Pastor y Gonzalo de Cárdenas Rodríguez, quienes cambiaron el proyecto inicial del edificio dotándolo del típico estilo de arquitectura de postguerra.

El Colegio de los Jesuitas en la calle Areneros, actualmente calle de Alberto Aguilera, el edificio ICAI-ICADE actual. Fue quemado el 11 de mayo 1931. Poseía la Biblioteca del Instituto Católico de Artes e Industrias, con 20.000 volúmenes y obras únicas en España.



Palacete de Louis Guilhou Rives en la calle de Platerias de Chamartín. Aquí nace el paseo de La Habana.