sábado, 24 de octubre de 2015

Trijueque. Guadalajara

Trijueque se encuentra enclavado al oeste de la comarca de la Alcarria.



Al borde de la planicie que desciende abruptamente hacia el valle del Badiel, por lo que se le conoce también como el Balcón de la Alcarria.




Fray Miguel López de la Serna nació en Trijueque (Guadalajara) a principios del siglo XV, profesando en la Orden de San Francisco. Sucedió en la silla episcopal de las Islas Canarias a Juan de Frías en 1486, con el título de Obispo de Gran Canaria y Rubicón, cuando la sede del obispado ya se había trasladado a Las Palmas de Gran Canarias desde Lanzarote. Al igual que el obispo Juan de Frías, se enfrentó a los gobernadores de las islas que contraviniendo las leyes esclavizaban a la población autóctona.


La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción se encuentra desde la Guerra Civil en ruinas, aunque aún permanece en pie gran parte de su fábrica exterior. Fue fundada por Fray Miguel López de la Serna, obispo de Canarias, y la dotó su hermano, el arcediano de La Palma. Ocupa parte de la antigua ciudadela donde los Mendoza levantaron su casa palacio
Se trataba de una iglesia de tres naves de diferentes alturas, que a pesar de ello algunos autores han querido ver relaciones con las iglesias de planta de salón que fueron muy frecuentes en la comarca a lo largo del siglo XVI. 
Muestra en su fachada elementos platerescos, como su portada, con hornacina superior con medias columnas dóricas, cartelas y arabescos, habiendo sido su cubierta de bóvedas nervadas y gallonadas. 
El sepulcro de su fundador, el obispo de Canarias, estaba en la capilla de San Juan Bautista, que lucía una lauda sepulcral en alabastro, y que hoy se encuentra en el Museo Diocesano de Sigüenza en Guadalajara.
Murió en Córdoba en 11 de octubre de 1490, siendo enterrado en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de Trijueque, su localidad natal. Su hermano, el Arcediano de la Palma, mandó labrar una lauda sepulcral en alabastro para su tumba, que se encuentra actualmente en el Museo Diocesano de Sigüenza.

También merecen visitarse la Cruz de Lata, la ermita de la Soledad, y algunas de las fuentes del pueblo, como la de San Isidro, Placetuela, la Fuente grande la Fuente Chica y Toreros.





El ayuntamiento es un edificio construido en 1560 para albergar al Concejo tras su conversión en villazgo por Felipe el católico. Está situado en la Plaza Mayor, con casas porticadas, y en su fachada luce los escudos de los Mendoza y de España, tallados en piedra. En 1937, durante la ocupación la Batalla de Guadalajara el edificio fue totalmente destruido, siendo restaurado durante la posguerra. 




En la misma plaza se conserva el Real Parador de Carruajes, del siglo XVIII, lugar en el que se ambientaba la comedia "Una noche en Trijueque" arreglada del francés por Calixto Boldúm y Conde y representada por primera vez en el Teatro de la Cruz, de Madrid, en septiembre de 1853.





 Iglesia Parroquial



Restos de la Muralla




Vista de Hita desde el Balcón de La Alcarria

Tras la reconquista cristiana de la comarca en el siglo XI por parte del rey Alfonso VI, pasó a pertenecer al Común de Villa y Tierra de Hita, hasta que en el siglo XIV, dentro de las disputas nobiliarias que sufrió el reino, pasó a poder de Íñigo López de Orozco, antepasado del marqués de Santillana con quien incluido ya en el siglo XV en el mayorazgo de los Mendoza alcarreños, situación que se mantuvo hasta la desaparición de los señoríos en el siglo XIX.

Esta vinculación con la familia de los Mendoza alcarreños, cobró especial significancia en la segunda mitad del siglo XV, cuando Íñigo López de Mendoza, primer Conde de Tendilla, trasladó, de la villa de Buitrago del Lozoya a Trijueque, a la infanta Juana, más conocida como la Beltraneja, hija de Enrique IV, de la cual era tutor. Esta situación duró hasta que en 1468 saldría de la localidad para acudir a Toro para la celebración de la Concordia.

Pero a pesar de estar incluido bajo el señorío de los Mendoza, fue declarada villa por el rey Fernando V en 1503, más conocido como el católico, esposo de Isabel I de Castilla, lo que le permitió cierta autonomía frente al poder señorial, especialmente en lo jurisdiccional.

Durante la Batalla de Guadalajara que se libró en la Guerra Civil del 8 al 18 de marzo de 1937, Trijueque quedó en medio del frente. Los daños producidos fueron muy importantes no solo en vidas de la población civil sino también en sus edificios, quedando prácticamente destruido, entre otros edificios públicos y privados, el Ayuntamiento y la iglesia parroquial de Nuestra Señora.


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